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miércoles, 22 de noviembre de 2006

LIBERTINAJE SINDICAL EN URUGUAY


Hace tiempo (probablemente hace un año) leí unas declaraciones del Ministro de Trabajo uruguayo Eduardo Bonomi, donde reconocía el error del gobierno al que él pertenece de derogar el decreto que autorizaba a las fuerzas de seguridad pública a desalojar centros de trabajo ocupados de forma ilegal por los trabajadores

Parece que hay algunos dirigentes que han caído de golpe al mundo real. Parece que los hechos les han sobrepasado y que la “criatura” (el colectivo sindical) se ha hecho incontrolable.

Es verdaderamente alarmante que un país que se precia de defender la libertad pueda permitir las acciones que han estado llevando los diferentes colectivos sindicales violando sistemáticamente la propiedad privada con el argumento de defender sus derechos. La libertad a reinvidicar de derechos de uno, nunca debe imponerse y pisar la de otros.

Hemos visto como los sindicatos incitaban, apoyaban y ejecutaban las ocupaciones a fábricas, frigoríficos, talleres, imprenta, estaciones de servicio, centros educativos, etc. Estas acciones tienen como fin la reinvidicación de los derechos de los trabajadores. Reinvidicar los derechos de los trabajadores es muy legitimo, siempre que las reinvidicaciones sean razonables. Lo que no es asumible, y dice muy poco de aquel gobierno que lo permite, que las reinvidicaciones de unos (los trabajadores), violen los derechos y la propiedad de otros (otros trabajadores y empresarios).

Un caso espeluznante de estos actos, fue la ocupación de la empresa Dirox, de propiedad italiana, localizada en el departamento de San Jose. Esta empresa estuvo ocupada por dos meses, si, han leído perfectamente. DOS MESES. Los motivos de la ocupación eran para reinvidicar la realización de controles medico por parte de la empresa ante la toxicidad de los productos que se manejan en la actividad. Eso es legítimo y tienen todo el derecho en solicitar y que se les realicen dichos controles. Pero, ¿Es legítimo invadir las instalaciones de una compañía privada? ¿Y es legítimo impedir la entrada al centro de trabajo a compañeros que quieren desempeñar su derecho a trabajar?

Y que decir de lo que está ocurriendo en el conflicto de Vanni..

Uno no puede generalmente esperar que los dirigentes sindicales tengan mucho sentido común, puesto que son gente con muchos prejuicios, muy sectarios y sin responsabilidades de algún tipo.

Lo que si cabe esperar es que los gobernantes si lo empleen (el sentido común y el sentido de la responsabilidad) para el provecho del país. Bueno, pues el gobierno uruguayo solo se puso manos a la obra para arbitrar el conflicto en Dirox, cuando recibió de parte de los propietarios italianos la advertencia de una demanda millonaria contra el Estado por permitir la violación de una propiedad privada y no proteger las inversiones extranjeras.

¡¡¡Que triste futuro le espera a aquel país que no protege a aquellos que aportan riqueza al país y al pueblo!!!

De nada sirve hacer girar mediáticas (como las realizadas por el Presidente Vázquez) para captar 4.000-5.000 millones de U$D aprovechando las cumbres políticas internacionales, si después en el día a día, el capital (nacional o extranjero) generador de riqueza queda a merced de aquellos que solo miran por su propio interés o del de su colectivo y no por el bien común del país.

Si los sindicatos, el PIT-CNT y otros, están tan preocupados por la generación de riqueza y el aumento de la calidad de la vida de los uruguayos, ¿Por qué no defienden a su país y a los inversores que quieren invertir en Uruguay de los ataques de vecinos malintencionados? ¿O acaso para los señores y señoras montevideanos del PIT-CNT, los ciudadanos de Fray Bentos no valen nada? Queridos lectores, la respuesta es bien triste.

Tuve oportunidad de escuchar en una ocasión en Radio Sarandí acerca de unas declaraciones de un dirigente del PIT-CNT que se encontraba en la llamada “contracumbre” que se llevó a cabo durante una Cumbre de las Américas en Mar del Plata, y en ellas decía que no estaba de acuerdo en que el gobierno uruguayo firmara con el gobierno de Estados Unidos el Tratado de Libre Comercio y Protección de las Inversiones. ¿Saben ustedes por que no estaba de acuerdo? Por que según este iluminado, ese tratado violaba la soberanía nacional del Uruguay.

¡¡¡¡ Increíble!!!. Pero lamentablemente, esto es lo que da de si el sentido común de estos personajes. Lo peor de todo es que dichos personajes tienen una enorme influencia en el gobierno uruguayo y el llamado sector oficialista.

Otro caso que clama al cielo y hasta al mismísimo infierno, es el de aquel otro dirigente sindical del sector público que llego a afirmar que aquellas empresas que no pudieran soportar los incrementos salariales, exigidos por los sindicatos, tendrían que cerrar y no seguir la actividad a costa de la supuesta “explotación” de los trabajadores.

Entonces, que personajes de esta catadura moral, ultrademagogos y probablemente con una cultura que no supere cualquier prueba de la escuela primaria, sean los que dirijan los colectivos de trabajadores públicos o privados, explica el que se produzcan los hechos tan lamentables para la tranquilidad interna y la imagen externa del país.

Y lo peor de todo es que sea el gobierno, el responsable de esta “bolcheviquización” del Uruguay. Que no actúe como juez en los Consejos de Salarios, sino como parte activa de una de las partes en conflicto.

Y es que como decía Carlos Álvarez, periodista uruguayo:

“…la causa central de nuestros problemas radica en que como colectivo social hemos decidido desafiar las reglas básica de la generación de riqueza por entenderlas como no suficientemente solidarias y hemos olvidado que el único camino para superar realmente la pobreza es la generación de autentica riqueza. Y le duela a quien le duela, el único sistema de producción que en la historia ha conseguido generar tal cantidad de riqueza como para elevar sustancialmente el nivel de vida de buena parte de la humanidad es el capitalismo”.

Pero bien parece que hay algunos empeñados en que Uruguay vuelva a los tiempos en que Blanes pintó sus bucólicas escenas de gauchos en sus cuadros o a las sociedades comunistas que la historia ha demostrado que fueron perversas y fallidas en todo lo que pretendían.

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